Tipos de pie que podemos encontrarnos I

Pie equinovaro o zambo

Desde Clinica Paiporta vamos a contarte a través de dos artículos los tipos de pie que podemos encontrarnos en el día a día.

Es una deformidad congénita del pie, el niño nace con una postura anómala, es decir, con la punta del pie hacia abajo y la planta hacia dentro. Este tipo de patología la podemos encontrar en 1 de cada 1000 niños, y el porcentaje de afectación en un pie es del 50%. Además, es más frecuentes en niños que en niñas.

Podemos decir que este problema puede derivar por un problema en los músculos de la parte interna y posterior de la pierna y del pie que son menos elásticos y ya durante el crecimiento intrauterino se van a desarrollar esta deformidad, y con menos frecuencia en problemas neuromuscular.

Se diagnostica durante el embarazo mediante una ecografía, vemos que no tiene una correcta alineación y cuando el niño nace e intentamos corregirla no nos deja por la rigidez de las estructuras. Este pie Equinovaro lo tendremos que diferenciar otras patologías parecidas como el metatarso aducto alteración solo de la punta del pie.

El tratamiento más eficaz hoy en día es el método Ponseti, y se basa en la manipulación del pie para poderlo alinear con respecto a la pierna, colocando un yeso 1 vez a la semana durante 3-5 semanas y poder corregir gradualmente la posición. Con estos vendajes vamos a corregir la deformidad excepto la postura hacia abajo pero no la caída del pie que se podrá corregir con un segundo acto, en este caso un pequeño corte en la parte posterior, en el tendón de Aquiles para poder relajar la zona y que el pie se sitúe en posición correcta.

Volveremos a poner un yeso durante 3 semanas para que termine de posicionarse correctamente. Finalmente, y para terminar el tratamiento como el niño aún le falta desarrollar la musculatura utilizaremos unas botas especiales que van unidas a una barra para que el pie este en todo momento en la posición correcta durante 4 meses día y noche y pasado este tiempo solo para dormir hasta los 4 años del niño. Si el tratamiento se hace bien el 97% de los casos vamos a obtener unos pies perfectos tanto funcionalmente como estéticos, pero si no somos constantes o realizamos mal el tratamiento en otras ocasiones podemos encontrar un pie más pequeño o una parte posterior de la pierna (pantorrilla) más delgada.

Pie Diabético

El pie diabético es una enfermedad silenciosa con un mal avance de la diabetes que afecta a la sensibilidad (neuropatía), a la circulación (isquemia) y que puede producir la aparición en el pie de úlceras, produciendo amputaciones o incluso muerte por una sepsis. Una persona diabética no tiene por qué tener pie diabético, pero si no se cuida puede aparecer esta patología.

Unos de los tratamientos que podemos tener es el control para no mantener altos los niveles de glucosa, acudir al podólogo para revisiones periódicas y poder realizar pruebas específicas con un monofilamento (emite 10 gr de presión constante), diapasón (emite 128 hz), valorar la sensibilidad periférica y profunda y por último una inspección general del pie buscando posibles lesiones.

Además, estos pacientes en casa tienen que ponerse crema hidratante con las indicaciones necesarias para pies diabéticos, calcetines sin costuras, zapatos con una talla adecuada o bien en la ducha probar antes el agua caliente con las manos para no quemare en el caso de que el paciente haya perdido sensibilidad. En el caso de malos apoyos o incluso la aparición de alguna lesión se puede plantear la opción de unas plantillas personalizadas con materiales específicos y así descargar zonas de máxima presión que puedan generar ulceras no deseadas.

Pie Charcot

Es una de las complicaciones crónicas de la diabetes, el pie de Charcot es una neuropatía periférica y esta es un factor condicional para este tipo de pies.

En este tipo de pies podemos encontrar un debilitamiento de los huesos de la zona del arco longitudinal del pie, sino se realiza un control de niveles de glucosa u ortopodológicos podrían llegar a producirse microfracturas en estos huesos.

Al realizarse estas lesiones y por la falta de sensibilidad por la neuropatía periférica, estas fracturas suelen consolidar en posiciones anómalas dando como resultado un pie deformado en forma de balancín que en muchas ocasiones al presentar presiones no deseadas se formarán posibles úlceras con un pronóstico crónico en el tiempo en cuanto la curación.

El tratamiento en este tipo de pies suele ser inmovilizaciones con yeso y bien plantillas personalizadas para poder controlar la caída del mediopié del paciente evitando así un mal posicionamiento de los huesos del pie.

En casos donde la deformidad sea muy exagerada o tengamos ulceraciones que no cicatrizan podemos optar por tratamientos quirúrgicos. 

Si tienes cualquiera de estas tres tipologías de pies acude al podólogo para seguir un tratamiento.

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